Los restaurantes modernos no están hechos para los jóvenes. Y no lo digo porque nuestros paladares no están aún lo suficientemente curtidos para poder saborear la gran gama de deluxismo que te dan, sino por una frase que nos dicen absolutamente todas las abuelas: "Tú come hijo, que tienes que crecer".

La etimología nunca engaña, y la composición de la palabra minimalista lo deja claro: Mini-mal-y'stá. Si es que tampoco hay que ser un lince para darse cuenta. Desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a los restaurantes: vamos y pagamos por COMER, aplicaros al cuento.
Pienso tontundas, luego soy más feliz.
Un saludo,
Servidor