Vamos a volver a hablar de la poca originalidad que tenemos para poner nombres a las cosas. Encima de una manera demasiado ilógica. Un claro ejemplo es que nos da por llamar maratones a todo aquello que es largo: de películas, de series...

¿Cómo se nota que hoy no sé de qué escribir verdad? Y es que quiero ser sincero con todos vosotros: el mono que tengo contratado para que escriba esto hoy está de baja laboral, así que lo he tenido que escribir yo... No me juzguéis por ello.
Pienso tontunadas, luego soy más feliz.
Un saludo,
Servidor.