Muchas veces reitero en este blog que el español es tan rico que acaba siendo contradictorio. Y ahora voy con dos expresiones archiconocidas que tienen la palabra hora como punto en común: Enhorabuena y a buenas horas.

Y por eso no me gusta que me den la enhorabuena. ¿Quién me dice a mí que no me lo están diciendo con ironía? Por eso no hago nada para que me lo digan, vivo más tranquilo, y si alguna vez, por error, hago algo por lo que me queráis felicitar invitadme a una caña, eso se entiende mejor.
Pienso tontunadas, luego soy más feliz.
Un saludo,
Servidor.
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