Desde pequeño la persona que me decía si iba a ser sol o iba a llover siempre me ha fascinado. Cómo se movía por el mapa, qué gracilidad, y sobre todo, cómo era el único que entendía las mismas rayas de colores que yo hacía en mis dibujos para el cole. Sí, de pequeño tampoco dibujaba bien es así.
Conforme fui creciendo me dijeron que eso era una ciencia, la meteorología, y que ese hombre era el meteorólogo. No me convencía. Meteorólogo suena a friki, a pardillo que no ha hecho nada en su vida salvo estudiar. Yo prefería llamarlo el HOMBRE DEL TIEMPO. Suena a poder, a la persona que elegía si iba a hacer sol en Murcia o no. El clima no era algo azaroso o relativo a las corrientes de viento o al ciclo del agua, el clima lo decidía el hombre del tiempo.
Hay profesiones que molan, pero la de hombre del tiempo es la mejor. Es lo más cercano a ser un dios que cualquier persona puede aspirar. Como Zeus pone los rayos donde quiere, como Neptuno controla las mareas, y si no le tratan bien en algún hotel de costa, puede provocar tsunamis que se lo lleven por delante. Pero cuidado si te crees que por vivir en Madrid estás a salvo de sufrir la ira del hombre del tiempo, porque terremotos puede haber en cualquier sitio.
Pienso tontunadas, luego soy más feliz.
Un saludo,
Servidor.