lunes, 29 de junio de 2015

IGLÚS DE VERANO

Hay ciudades en las que el verano es muy duro. Ayer fui a Zaragoza y la hostia de calor que recibí nada más bajarme del coche casi me mata. Andar por la calle fue un suplicio pero finalmente conseguí llegar a un lugar donde por fin estuve fresquito.

¿Me metí en unos grandes almacenes? ¿En cualquier tienda? ¿En un restaurante? No, no y no. Algo mucho más sencillo y donde no hace falta consumir ni hay tentaciones para hacerlo: ¡en el portal de mi casa! En serio, no entiendo como la gente vive en sitios donde hace tantísimo calor en verano, pero bueno yo les respeto. Lo que me parece más extraño que no estén todo el rato en los portales ¿cómo se consigue que estén tan fríos en verano y calientes en invierno? Es la magia del portal, a la que algunos llamaréis calefacción, pensando en que todo tiene que tener una explicación.

Hay cosas como la temperatura de los portales, que simplemente son maravillosas. Por eso y por el fresquito que me dio salvándome la vida ayer quiero utilizar esta plataforma que me presto a mí mismo porque es mi blog para agradecer al Señor Portal su invento.

Pienso tontunadas, luego soy más feliz.

Un saludo,
Servidor.